¿De dónde se puede sacar una buena historia que contar? No me refiero a los encargos que se reciben por parte de una productora para adaptar alguna novela u obra de teatro, sino al caso del guionista que se propone escribir una historia original suya. Por el placer de escribir algo que realmente nos interese. Las fuentes de inspiración en estas situaciones pueden ser muchas: un suceso que nos ha ocurrido personalmente, ahora o en el pasado; un sueño que nos obsesiona; algo que algún conocido nos ha contado; un secreto revelado por un amigo (bueno, esto tiene cierto peligro, sobre todo si apreciamos la amistad de esa persona); un incidente del que hemos sido testigos; un texto que hayamos leído (sin plagiar, ojo), etc. Cualquiera de estos incidentes puede funcionar como disparador de la imaginación pero, muchas veces, tienen un serio inconveniente: llegan sin avisarte y en los sitios más inesperados. ¿Cuántas veces se nos ha ocurrido una idea brillante en el cuarto de baño? Parece